POEMA-CUENTO

...Y las mariposas revoloteaban por medio del ruido de la gente,
sintiendo el dolor más grande, reposando en cada cortina,
sobreviviendo torpemente.

...Y la habitación se fue llenando de mil colores distintos
y mil tonos diferentes, ÉL sólo quería que ellas estuvieran
sobraban los menos coherentes.

Siempre las quiso en su vida y a ellas recurría casi siempre.
Se comprendían y se querían, se respetaban y se hablaban,
se sobrellevaban mutuamente.

y ahora se quedaban solas...
ya se ha marchado y no volverá por siempre
ya no habrá tardes hermosas de mil colores diferentes.

Ya no habrá crisálidas cubiertas de ternura y paz silvestre,
ya no habrá más juegos, ni más polen, ni más flores,
ni más verdes encuentros.

No atinaban saber bien el porque de su partida,
el porque de su destierro;
nerviosas volaban sin rumbo, ansiosas sólo querían poseerlo.

Por cada segundo y cada minuto cientos venían al encuentro,
aterrorizando la gente que con gritos y manoteando
querían escapar al momento.

Y como si de todo el firmamento se tratara,
las mariposas y sus colores aleteaban frente al féretro
y la luz que por la ventana se colaba hacia mágico el momento.

Lo sacaron de su encierro y en sus alas lo subieron,
lo llevaron a su sitio donde lo más verde y lo más silvestre
le serviría de lecho.

Le bailaron, le jugaron, le besaron todo entero
cada mariposa con sus alas le brindaba su cortejo,
le cubrieron todo el cuerpo en el ritual del más bello sentimiento
y en una crisálida quedó formado la más perfecta o el más perfecto.

...Y cuando el tiempo pasaba las mariposas ya no más solas se sintieron,
pues su crisálida gigante baba paso al más maravilloso reencuentro,
era ÉL quien antes estuvo muerto y ahora rebosaba vida
saliendo de su vientre, volando al firmamento
con un par de hermosas alas con todo el color impreso.

Ese fue el más bello día aunque lo ignore el mundo entero,
cuando un hombre ya sin vida fue devuelto al universo
gracias a fundirse en el sentimiento más férreo
la naturaleza y el cerebro