A ÉL

El amor lo conocí a través de su mirada,
la ternura la descubrí sintiendo sus manos
sobre mi piel sedienta y cansada.

la confianza me la inspiró sus palabras
en una tarde de estrellas sobre un telón rojo,
la felicidad volvió a mi cuando su presencia
se hizo real en mi rostro.

Se fundieron por primera vez su luna y la mía
teniendo por testigo a la lluvia
en la más clara noche de mi vida.

El dolor de la soledad junto a ÉL ya no es pesadilla,
lo triste de mis pasos lo convirtió en descanso
a través del camino, en sus rodillas.

Ya no es uno el que llora, ni el que ríe, ni el que goza;
somos dos para reír, para recorrer el infinito,
para traspasar el dolor, para fortalecer el corazón,
para hacer caminos sobre mares sin senderos,
para escaparse de lo terreno siendo instrumentos del viento.

Dos para fundirnos en un sólo cuerpo,
para plantar en lo firme y desechar lo perverso.
Dos que por el prisma de la unión se convierten
en unidad de amor, en fuente de inspiración.

-Con ÉL sigo siendo YO y cada latido del corazón
genera vida, fuerza y vigor-

Mil tardes de venados veremos pasar,
mil lunas soñadoras nos meserán,
mil mañanas frescas ante nuestros ojos se abrirán...

¡Junto a ÉL la vida me llevará
y los dos seremos cómplices de su verdad!