FÉNIX

Atraviésame con la punta de tu alma

hurga con tu sal en las heridas de mi sentimiento

hasta cicatrizar con el ungüento de tu saliva

las penas abiertas que con tiritas he cubierto.

Cercena con tus versos limpios

mis estúpidas palabras

nacidas de la fosa maloliente en la que me hallaba

cuando en vez de prados lodo cubría mi garganta.

Sopla tu aliento fresco y vivo
sobre mi rostro de sequedad cubierto
agrietado por pasar horas en segundos
y humectarme con cenizas hechas lágrimas.

Destila con tus poros de ébano plagados
mis amarguras de ríos cubiertas
que enajenan y contaminan mi cerebro
mientras me carcomen mis sucios pensamientos.

Purifica mi sangre y oxigénala
caliéntala en las venas de tu sexo
y después por medio de tus besos
deposítala de nuevo en mi cuerpo.

Lléname la vida de tu fantasía
Súbeme en tu vida de realidad y alegría
Cólmame de nuevo de ilusión por la vida
Eres el mar en que ahogaré de vida.